En invierno me encantan las sopas calientes, incluso las hago hasta bien entrado el calor. Me gusta ir cambiando alguna cosita de las que veo o de las tradicionales, con más o menos éxito.
Desde que tengo thermomix hago una crema de cerveza que nos gusta mucho y ha sido esta receta en la que me he basado para hacer una sopa más tradicional.
El resultado es magnífico, suave, y con el picadillo está colosal.
Aprovecho para hacer mi segunda contribución al Hemc de este mes organizado por Nikë de Cocina con ängel y que tiene como tema las sopas.
Ingredientes (4 personas): 4 cebollas, 2 dientes de ajo, 2 puerros, 1 lata de cerveza negra de buena calidad, 1 litro de caldo de ave, 2 c.s. de mantequilla, 30 ml de aceite de oliva, 60 ml de nata de cocinar, sal y pimienta.
Para acompañarla: fideos finos, jamón serrano (o york) en trocitos, huevos duros, pan troceado y tostado.
Elaboración:
En una sartén con el aceite y la mantequilla derretida ponemos a dorar la cebolla, el puerro (sólo la parte blanca), y los ajos todo ello troceado. Dejamos dorar.
Lo trituramos y lo pasamos a una olla junto con la cerveza, el caldo, sal y pimienta. Lo dejamos cocer a fuego lento durante 15 minutos.
Mientras tanto en el horno podemos poner pan en cuadraditos para que se vayan tostando. También los venden ya preparados. Preparamos el picadillo, troceando el jamón y el huevo duro.
Apartamos el caldo del fuego y cuando deje de hervir añadimos la nata y removemos bien. Volvemos a poner en el fuego.
Cuando comience a hervir de nuevo ponemos los fideos finos en la olla para que se cuezan (tardarán aproximadamente de 3 a 5 minutos). La cantidad, según queramos. Yo pongo un puñadito de los míos por personas.
Servimos muy caliente con el pan tostado, el jamón picado y los huevos duros troceados. Todo ello al gusto.
No es que lo diga yo, pero tiene un sabor suave, diferente y resucita a un muerto.